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Ashley J. Williams

Lore

Durante un fin de semana con amigos en una cabaña, Ashley J. Williams descubrió el Necronomicon Ex-Mortis (El Libro de los Muertos) y despertó algo oscuro en el bosque. Se pasó los 30 años siguientes huyendo de su pasado, trabajando en Value Stop, unos grandes almacenes, y seduciendo a mujeres en tugurios de mala muerte. Pero la cagó una noche cuando, estando colocado, leyó un pasaje del Necronomicon para impresionar a una mujer. El mal volvió a encontrarlo y destrozó la vida de todos los que lo rodeaban. Sin embargo, sus compañeros de trabajo Pablo, criado por un chamán, y Kelly, a quien los poseídos habían dejado huérfana, lo ayudaron a plantar cara. Mientras luchaba contra el mal, Ash se reencontró con su hija perdida, Brandy, quien lo animó a aceptar su papel de salvador de la humanidad. Los Caballeros de Sumeria transportaron a Ash al futuro mientras exhalaba su último aliento tras una cruenta batalla contra un demonio Kandarian.

Ash despertó al oír una voz. La cabeza le martillaba. Desde que había derrotado a un grupo de poseídos la semana anterior vivía en el estupor de una resaca permanente. Volvió a oír la voz, la de una mujer cantando, sensual y tentadora.

Salió en calzoncillos al pasillo y avanzó con paso rápido hacia la voz, que lo guiaba hacia los vestuarios. Al abrir la puerta, la canción enmudeció. Crujieron unas cortinas. Entró y preguntó si había alguien. Su voz reverberó en las mohosas paredes de azulejos. Siguió buscando y encontró una ducha que todavía goteaba. Unos dedos fríos y húmedos le recorrieron la espalda. Se dio la vuelta.

Ante él se encontraba una mujer desnuda cuya piel brillaba bajo la luz de la mañana que se colaba entre las altas ventanas. Ash la reconoció inmediatamente: Linda Emery, uno de sus rollos del instituto. Habían vuelto a reunirse 30 años después, mientras salvaban su ciudad del mal. Él puso fin a la relación poco después, ya que prefería disfrutar de su nueva popularidad.

Linda le guiñó un ojo a Ash, y este se acercó a ella. Le acarició la mejilla con melancolía: ¿Qué estaba haciendo allí ¿Sabía algo sobre el paradero de su hija? ¿Y Pablo y Kelly?

Una hoja afilada se clavó en su mano, haciéndole retroceder de un salto. Linda deslizó un dedo por el filo de la hoja, acumulando la sangre de Ash en su yema. Sonrió, y su piel comenzó a arrugarse, su pelo a desvanecerse, sus hombros a encorvarse y sus curvas a deformarse, envejeciendo décadas en cuestión de segundos. Atacó a Ash, quien, medio desnudo, a duras penas podía protegerse.

Cada golpe se convertía en una nueva herida. Un corte en la rodilla mala le hizo perder el equilibrio. Ella aprovechó para saltarle encima; Ash emitió un alarido de repulsión y le apartó el cuchillo de un golpe. Las manos cubiertas de varices del engendro lo agarraron por el cuello para estrangularlo. Mientras luchaba por respirar, Ash estiró el brazo y alcanzó el dispensador de jabón. Se echó algo del líquido en los dedos y se los metió en los ojos a la anciana, quien se retorció de dolor. Ash la apartó de un codazo, rodó por el suelo y cogió el cuchillo, pero, justo cuando iba a clavárselo en el pecho, se detuvo. Prefería hacer otra cosa.

Le apretó la hoja contra el cuello. "Vamos a hacer un trato, demonio. Yo no te mato y tú me abres un portal que me lleve con mis amigos". El demonio aceptó.

Empezó a recitar el conjuro y le ordenó a Ash que repitiera exactamente lo que ella decía, algo que él no consiguió hacer. No pasó nada. Ash amenazó al demonio, y este lo culpó a él por su pésima pronunciación. Su intercambio de palabras sumerias generó un siseo en las duchas de detrás de ellos. El húmedo suelo de baldosas se oscureció y las tuberías explotaron. Un torbellino de agua sucia, duchas de cortina y papel higiénico usado se tragó al demonio, mientras Ash se aferraba a la puerta de una taquilla, de la que sus dedos resbalaban lentamente.

MIIIIEEE...

Ash aterrizó de morros en el reino del Ente. Escupió la hierba que se le había colado entre los dientes, se levantó y se sacudió la ropa seca que de pronto llevaba. Entonces, miró a su alrededor y se le borró la sonrisa. Era uno de esos sitios donde dos cosas resultaban dolorosamente evidentes: la primera, que no había un bar cerca; la segunda, que iba a necesitar su escopeta y su motosierra, y no las tenía. Según empezó a caminar hacia la brillante luz que veía ante sí, un grito resonó entre los árboles.

Cojonudo.

Perks

Mettle of Man
El temple del hombre
El mal siempre termina encontrándote.

El temple del hombre se activa después de recibir 3 golpes por proteger a supervivientes.

Una vez activada, serás invulnerable a cualquier daño recibido que te hubiera dejado agonizante cuando estés herido.

La próxima vez que recuperes tu salud al completo, tu aura se le revelará al asesino si te encuentras a más de 12/14/16 metros de él.

El temple del hombre no se desactivará hasta que vuelva a dejarte agonizante.

Aumenta tus posibilidades de ser la obsesión del asesino.

El asesino no puede obsesionarse con más de un superviviente.

Flip-Flop
Hasta otra
Tienes una habilidad asombrosa para escapar de lo inevitable.

Cuando estás agonizante, un 50 % de tu progreso de recuperación se convierte en progreso de forcejeo cuando te recoge el asesino, hasta un máximo del 40/45/50 % del total.

Buckle Up
Sujétate
Permite percibir auras. Cuando curas a un superviviente en estado agonizante, ambos podéis ver el aura del asesino. Cuando termines de curar a un superviviente agonizante al estado herido, tanto tú como dicho superviviente obtenéis Resistencia durante 6/8/10 segundos.

Resistencia impide que se derribe a un superviviente y le causa Herida profunda.

Herida profunda hará que el superviviente entre en estado agonizante excepto si se recupera antes de que se acabe el tiempo.