Una catastrófica guerra nuclear estuvo a punto de erradicar la humanidad en 2098. Aun así, la humanidad se unió y terminó por encontrar un nuevo camino.

Los inventores e innovadores descubrieron nuevas formas de crear energía y cultivar alimentos. Uno de esos visionarios fundó Huxlee Industries Ltd. Como gran parte del planeta Tierra había quedado inhabitable y muchos de los recursos del mundo escaseaban, Huxlee invirtió todos sus beneficios en la investigación de la ciencia espacial, la inteligencia artificial y la ingeniería genética.

Así, comenzaron a explorar la galaxia en busca de planetas habitables con valiosos recursos. Su plan era viajar hasta los confines de la galaxia, extraer esos recursos tan preciados y crear un futuro próspero y pacífico para la humanidad.

Cada planeta colonizado por la humanidad se había diseñado cuidadosamente. Se extrajeron recursos y se construyeron centros de desarrollo para crear individuos, fabricados con ADN elaborado mediante ingeniería precisa.

Cada individuo se fabricó para cumplir una función específica en la sociedad. La mayoría hacían tareas físicas, aunque otros se habían creado para ser científicos, ingenieros, administradores, peritos agrónomos y físicos. Su idea era crear una sociedad funcional que operase sin ningún tipo de error.

Gabriel Soma nació en un centro de clonación en Alfa Centauri C, el primer planeta que había colonizado la humanidad. Formaba parte de una pequeña tripulación que mantenía y reparaba los robots y androides que se enviaban para construir centros de colonización. Gabe no lo sabía, pero todos los recuerdos de su infancia habían sido implantados en su conciencia por aquellos que lo habían clonado. Como el resto de su tripulación, pensaba que había nacido en la Tierra, de un padre y una madre. La estabilidad psicológica se mantenía al crear la secuencia narrativa de una familia cariñosa. Nadie sabía la realidad: todos se habían criado en un centro de colonización.

La nave de Gabriel aterrizó en Dvarka, un planeta de un sistema solar que se había descubierto recientemente. Tras su llegada, se enviaron cinco vehículos aéreos no tripulados y cinco Hux-A7, unos robots totalmente autónomos, con el fin de explorar la superficie del planeta.

Habían detectado aire respirable, abundante agua y varias formas de vida orgánicas, además de algo inesperado: las ruinas de una civilización ancestral que había desaparecido misteriosamente. Estas ruinas parecían muy antiguas, si bien la tecnología se veía sorprendentemente avanzada. La energía empleada para esta tecnología era un misterio, ya que estaba inutilizable e inactiva.

El planeta resultó ser apto para la vida humana y poseía muchos recursos minerales valiosos, así que se inició la construcción en el centro de colonización.

La nave de desembarco ofrecía alojamiento para una tripulación humana de diez personas. La mayor parte de la construcción del centro era automatizada, pero Huxlee Industries siempre incluía una tripulación humana para que actuasen en calidad de supervisores.

El planeta poseía una gran belleza: bosques antiguos y praderas adornadas por vistosas flores, lagos apacibles y ríos caudalosos. Gabe podía imaginarse viviendo en un planeta como Dvarka para siempre... La fascinante belleza y tranquilidad del lugar hizo que todo el equipo se relajara. Hasta Michael, el oficial de seguridad del equipo, bajó la guardia.

Michael conducía un vehículo de transporte y patrullaba los límites de las ruinas junto con Sarah, una oficial científica a cargo de documentar la flora y la fauna del planeta. Según Sarah, el vehículo aceleró súbitamente por su cuenta y los frenos dejaron de funcionar. Cuando vieron que se acercaban a un barranco, Michael gritó a Sarah para que saltara, pero las puertas no se abrieron. Michael disparó la ventana de la científica, y Sarah logró salir y salvar su vida. Después el oficial hizo lo mismo con su ventana, pero no llegó a tiempo. Mientras intentaba escapar, el vehículo cayó por el barranco y se precipitó treinta metros, lo que rompió el depósito de combustible. Sarah corrió hasta el borde y escuchó los escalofriantes gritos de Michael mientras las llamas engullían el vehículo de transporte.

Aquella tarde, la tripulación organizó un funeral y, por la noche, a Gabriel le costó conciliar el sueño. Se despertó de repente sobresaltado, incapaz de respirar. Los ojos se le pusieron como platos y respiraba de forma entrecortada. Sentía que se estaba atragantando y se agarró la garganta con las manos. El refugio se había quedado sin energía, por lo que no tenían oxígeno. Avanzó desesperadamente por los oscuros pasillos y logró sobrevivir al abrir manualmente una puerta de emergencia con las pocas fuerzas que le quedaban.

Seis de sus compañeros no tuvieron la misma suerte... El fallo del soporte vital y del sistema de ventilación hizo que se ahogaran en sus camas. Una de las pocas personas que había logrado sobrevivir fue Dmitri, el oficial sanitario, ya que tenía un depósito de oxígeno cerca que había empleado para salvar a Sarah.

Horas después, Gabe recibió una llamada de auxilio de Sarah. La transmisión había terminado de forma abrupta, así que Gabriel salió a buscarla. Encontró un rastro de sangre que conducía al cadáver decapitado y mutilado de la científica, cerca de un centro de alimentación a medio construir. Gabe supuso que se trataría de algún depredador peligroso que no vieron en el escaneo inicial de la zona.

Ya de vuelta en el centro de colonización, estudió los registros del servidor principal para comprobar si habían obviado algo en el reconocimiento inicial. En lugar de eso, encontró algo mucho más preocupante. Al parecer, uno de los Hux-A7 se hizo con el control del vehículo de transporte y desactivó el sistema de soporte vital de la nave.

Gabriel exploró las instalaciones en busca del Hux errante y lo encontró en el centro de clonación. El robot estaba cubierto de sangre y tenía agarrada la cabeza de la científica por el pelo. Por lo visto, el Hux había extraído el ADN y lo estaba utilizando para crear lo que parecía ser...

... un nuevo cuerpo.

Gabe le dio al robot una orden que este ignoró. Imaginó que el código fuente del robot estaba dañado, pero cuando conectó su escáner en el núcleo de memoria del Hux, descubrió que el código original se había sustituido por algo completamente incomprensible, escrito en un idioma alienígena que nunca había visto.

Era evidente que debía recalibrar al Hux. Cuando Gabe intentó hacerlo, el Hux liberó una carga de energía que frio todo el equipamiento. Gabe intentó quitarle la fuente de energía al robot, pero este lo agarró del cuello y lo arrojó por el laboratorio como si fuera un muñeco de trapo.

Al escuchar todo ese alboroto, Dmitri corrió para ver cómo el Hux se acercaba a Gabe. Le dio al robot la orden de que se apagara, pero este se dio la vuelta lentamente y después corrió hacia él, mientras el médico gritaba códigos que debían desactivar esa herramienta defectuosa. El Hux observó durante un instante al oficial que estaba gritando. Después le atravesó el pecho y le sacó su corazón palpitante. El oficial sanitario se desplomó al suelo, muerto, y el robot le extrajo la sangre para incorporarla a su diseño.

Gabriel se recompuso rápidamente y corrió hacia el bosque alienígena, camino del centro de combustibles. Allí encontró una cañería de acero, se escondió y esperó, pero...

... el robot no apareció jamás.

Cuando cayó la noche, Gabe empezó a temblar de frío mientras veía el sol ocultándose tras las colinas. Escuchó cómo se abrían las puertas: era el Hux.

Se había fabricado un cuerpo nuevo hecho con carne y silicio. Mitad humano, mitad máquina. Era enorme, fuerte, hermoso y majestuoso, como...

... un héroe ancestral.

Gabriel intentó escabullirse, pero el Hux lo escuchó y no tardó en atraparlo tras un generador de hidrógeno.

Gabe se fijó en un depósito que contenía combustible de hidrógeno líquido, y utilizó la tubería para abrir una válvula a golpes. El Hux se distrajo y Gabe aprovechó para huir a toda prisa, golpeando la puerta con la tubería mientras escapaba y creando una chispa que prendió el combustible. La llama se propagó hacia el depósito y el centro explotó automáticamente, convirtiéndose en una enorme bola de fuego que engulló al Hux.

Gabe corrió por las praderas y se dirigió al bosque. Cuando se dio la vuelta, vio al Hux salir de entre el humo y las llamas. Estaba ardiendo y derritiéndose. Chillaba y estaba deformado. Era una imagen terrible y colérica, como...

... un héroe ancestral.

Las copas de los árboles tapaban la luz de la luna, y Gabe corrió hacia una espesa niebla, antes de que el Hux lo encontrase...

... para consumirlo...

... y asimilarlo.